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(Fragmento de la bóveda de una galería del Palatino,
de Roma, del libro de Auguste Choisy, L'art
de bâtir chez les Romains, publicado en París,
en 1873).
Auguste Choisy (1841-1909) era ingeniero, había estudiado
en la École Politechnique
(1861-3) y en la École des Ponts
et Chaussées (desde 1863) y, cuando acabó
sus estudios, en 1866, fue a Roma para conocer directamente la
arquitectura de la antigüedad romana. A diferencia de los
otros ingenieros y arquitectos, que hicieron lo mismo antes que
él, Choisy se interesó por los sistemas constructivos
de la antigua Roma, más que por sus cualidades compositivas
o los detalles estilísticos. Posiblemente como muestra
de su sensibilidad de ingeniero y de las enseñanzas que
había recibido en la École
Politechnique y la École
des Ponts et Chaussées. A partir de su estudio publicó
L'art de bâtir chez les Romains,
en 1873.
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En la introducción a esta obra, dice que aunque
los edificios de la antigüedad se han estudiado muchas veces
desde el punto de vista de la arquitectura, conocemos todavía
de manera muy vaga sus procedimientos constructivos. Después
de un texto en el que analiza los sistemas constructivos utilizados
por los romanos, la construcción de las bóvedas, los
muros, las estructuras de madera, la organización del trabajo
y los métodos constructivos, el libro acaba con 24 láminas,
una de ellas es ésta. Choisy la utiliza para mostrar un tipo
de bóveda de pequeñas dimensiones, hecha sólo
con arcos diagonales en las aristas y sin arcos transversales entre
pilares. Choisy ve que en el interior de las masas de hormigón
de las bóvedas hay arcos de refuerzo embebidas, unas retículas
de ladrillo que se mostraban en su superficie. |
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Todas las láminas del libro están planteadas del
mismo modo. Generalmente son vistas cenitales y sólo muestran
fragmentos, en ningún caso la imagen total del edificio.
Son fragmentos seccionados y las partes seccionadas no están
sombreadas, para mostrar su constitución interna o las
diferentes disposiciones de los aparejos. Utiliza las sombras
para mejorar la lectura de los huecos o la curvatura de las superficies
interiores o exteriores. Dibuja las ternas que utiliza y la escala
gráfica con la que se pueden tomar las medidas en el dibujo.
El discurso de Choisy es diferente y las imágenes que muestra
también lo son. Nunca antes había habido necesidad
de mostrar directamente la parte superior de los espacios interiores,
ya que nunca habían sido éste el objeto del estudio.
Y nunca antes se había prescindido de la imagen completa
del edificio. Los dos aspectos están relacionados entre
sí ya que no es posible mostrar bien los techos sin seccionar
en parte el edificio. Es evidente que arquitectos como Brunelleschi
ya se interesaron antes por el sistema constructivo del Panteón,
pero no fue éste el interés principal de la mayoría
sino su forma y composición. Basta consultar los dibujos
de Francesco di Giorgio Martini, Bernardo della Volpaia, Serlio,
Palladio o Desgodets, para comprobarlo. Ni siquiera grabados como
los de Beatrizet, que mostraban secciones constructivas del Panteón,
pretendían ser rigurosos en el sistema constructivo que
dibujaban.
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Éste es un cuarto del exterior del ático
del Panteón (lámina XIII), en el que se han eliminando
algunas partes para poder ver los arcos interiores de descarga.
Ésta es la única imagen del Panteón que hay
en el libro y no dibuja la cúpula sino el tambor de descarga.
Una imagen nunca vista hasta entonces.
Tal como está compuesto el dibujo, el marco
del dibujo coincide con los ejes de simetría que permitirían
generar la parte restante de la planta. Esto le permite sugerir
la forma completa sin dibujarla, evitando así tener que
mostrar las partes donde esta continuidad se pierde.
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Esta misma disposición la repite en la lámina XI,
que muestra la mitad del templo de Minerva Medica, también
de Roma. En este caso, el dibujo muestra tres caras de una planta
octogonal aunque, tal como está colocada la terna axonométrica,
incluye también dos caras que quedan de perfil. Por tanto,
podemos entender que muestra la mitad de la planta. Esta disposición
ambigua de la terna, que impide la visión de alguno de
los planos, sugiere relaciones con usos actuales como los de John
Hejduk, siempre de lectura difícil. Sin embargo, la disposición
era ya habitual en los grabados de Jacques Androuet Du Cerceau,
de su Livre d'architecture, de
1582, y, aunque de modo excepcional, aparece en uno de los de
Il Tempio Vaticano, de Carlo
Fontana, de 1582.
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El tema del fragmento
permitiría una, tal vez, improbable influencia de un libro
de 1620, Architettura della Basilica
di S. Pietro in Vaticano, de Martino
Ferrabosco, que fue reeditado en 1684 y en 1812, especialmente si
consideramos la lámina del Panteón. La relación
es con una lámina en la que Ferrabosco dibuja la planta de
San Pedro, representando tan sólo una cuarto de la misma.
La decisión de Ferrabosco permitió poder analizar
en detalle la complejidad compositiva de esta planta y, al mismo
tiempo, evitar tener que representar la prolongación de la
nave y la fachada de Carlo Maderno, que se estaba construyendo en
ese mismo tiempo. La división del fragmento por los ejes
de simetría permitía construir mentalmente la planta
completa, pero esta planta era realmente la de Miguel Ángel
y no la de Maderno. |
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Este fragmento
fue posteriormente incorporado por Carlo Fontana en su Tempio
Vaticano, en la misma posición
en la que Choisy colocó la suya. Choisy sólo utiliza
esta disposición en aquellos edificios que son exentos, como
el Panteón o el templo de Minerva Médica, en los que
el recurso permite reconstruir la planta completa. |
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Volviendo a Choisy, ésta es la lámina
III, en la que representa un fragmento de la Basílica de
Magenzio, en el Foro romano.
El trabajo de Choisy siempre es riguroso y, como
aclara en la introducción, en él no afirma nada
que no haya podido comprobar antes. Al mismo tiempo que descubre
y analiza la lógica de esta construcción, Choisy
intenta deducir cuál es la razón que la puede justificar.
Llega a la conclusión de que el principio fundamental
que regía las distintas disposiciones constructivas de
la antigüedad era un exigente sentido del cálculo
y la economía. A pesar del poder económico de
Roma, dice, el genio de los romanos siempre supo conciliar
la pasión por las grandes empresas con la economía,
y el tamaño con la elaboración de métodos
de fácil ejecución... Los arquitectos daban a sus
concepciones una majestad y duración acordes con el poderío
del pueblo romano, pero al mismo tiempo querían a todas
luces que el ahorro guiase la ejecución de todos los elementos;
aspiraban a conseguir mediante procedimientos sencillos una solidez
perfecta y una grandeza incomparable.
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La economía justificaba también
el uso de la axonometría en estos dibujos. En otro libro
que publicó más tarde, Choisy decía que la
axonometría era un sistema que tiene la claridad de
la perspectiva y permite medir directamente, con ella, el lector
tiene bajo sus ojos, a la vez, la planta, el exterior del edificio,
su sección y su interior (Histoire de l'architectura,
"Introducción").
La axonometría era un sistema relacionado
históricamente con los ingenieros y que había sido
teorizado por Gaspar Mangue, en su tratado Géométrie
descriptive, de 1798, culminando los trabajos previos de Amédée-François
Frézier, de 1737 (La théorie
et la pratique de la coupe des pierres et des bois... ou traité
de stéréotomie...) y los de Gérard Desargues
(1591-1662) (publicados por Abraham Bosse en 1648, Manière
universale de M. Desargues pour practiquer la prospettive par
petit-pied, comme le géométral). Lo que hizo
Choisy fue utilizar la axonometría, un sistema que habían
utilizado los ingenieros militares y los pintores, como un rudimento
de perspectiva, para analizar los sistemas estructurales de la
arquitectura romana, el uso de los materiales y la organización
del trabajo. De este modoe convirtió la axonometría
en una herramienta para el análisis de la arquitectura
culta.
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Esta lámina corresponde a un fragmento de las Termas de
Caracalla, Roma.
Como en los casos anteriores, por encima del edificio asoma una
vegetación exuberante que recuerda, exagerándola,
las que nacen en la cubierta por la falta de cuidado o por el
abandono. De este modo, Choisy incorpora un elemento que recuerda
la poética pintoresca.
Siguiendo él mismo método, Choisy publicó
L'Art de bâtir chez les Byzantins,
en 1883, y L'Art de bâtir chez
les Égyptiens, en1904. Su obra más conocida
y la que ejerció más sobre las siguientes generaciones
de arquitectos es Histoire de l'architecture,
de 1899. Es un libro de historia, centrado en un único
tema, la forma como consecuencia lógica de la técnica;
un tema que hace que el arte de la arquitectura sea siempre el
mismo. En este sentido es un libro de tendencia en el que pretende
demostrar, a partir del estudio de los precedentes históricos,
que sólo cuando se llegue a un preciso y necesario acuerdo
tipología arquitectónica, tipología estructural
y tecnología constructiva, podrá surgir una nueva
gran arquitectura.
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Bibliografía recomendada:
- August Choisy, L'art de bâtir chez
les Romains, 1873. (ver la edición a cargo de Santiago
Huerta Fernández y Francisco Javier Girón Sierra, Madrid,
Instituto Juan de Herrera, 1999)
- August Choisy, L'Art de bâtir chez
les Byzantins, 1883
- August Choisy,Histoire de l'architecture,
1899.
- August Choisy, "Il pittoresco dell'arte greca: partiti disimmetrici
e ponderazione delle masse", en Parametro,
n. 264-265, julio-octubre, p. 76-83
- Reyner Banham, "Choisy: racionalismo y técnica",
en Teoría y diseño arquitectónico
en la era de la máquina, Barcelona, Ediciones Paidos,
1977 y 1985, p. 37-50.
- Parametro,
n. 255, enero-febrero 2005; monográfico dedicado a Auguste Choisy.
© de los textos Francisco Martínez Mindeguía
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